Thursday, February 14, 2008

Hablemos de petróleo

Por Jorge E. González Ayala

En teoría el petróleo nos pertenece a todos. En teoría, es de la nación. En teoría. Pero veamos la realidad, el petróleo no le pertenece a la nación y en consecuencia a todos, como era la intención de inicial de la nacionalización de esta industria. La verdad es que el petróleo le pertenece a los que controlan el estado, como quien dice, a la clase política, o sea, a unos cuantos. Aquí se reparten el petróleo de todos nosotros. En primerísimo término, el sindicato, que no es otra cosa que una mafia multimillonaria, gran monumento a la corrupción y al sistema de prebendas políticas.

En segundo lugar está la administración en turno. Todas y cada uno de ellas se han servido con la cuchara grande. PEMEX es utilizado para mantener un gasto corriente de la administración pública, lo menos, impúdico para el nivel de subdesarrollo y pobreza de este país. De ahí salen oficinas de lujo, choferes, guaruras, aviadores, coches, gastos de todo tipo desde la tintorería, hasta cirugías plásticas en el extranjero, más vaya uno a saber que cantidad bárbara de caprichos y llanos abusos de la corrupción y el poder.

En tercer lugar están los proveedores y beneficiarios de los contratos de PEMEX. ¿Cuántas fortunas inmensas se han forjado bajo el cobijo del compadrazgo, el nepotismo, el moche y la corrupción? ¿Cuántas?

Todo esto para que una de las petroleras más grandes e importantes del mundo esté quebrada. QUEBRADA. Cuando es un negocio multimillonario en que a últimas fechas se ha vendido a cien dólares el barril de petróleo. Como quien dice, la industria petrolera que en teoría nos pertenece a todos y debería ser motor de nuestro progreso, esta quebrada por el mal manejo que de ella han hecho.

Ahora quieren abrirla al capital privado. La cuestión es por qué. Básicamente porque el dinero ya no les alcanza. Y como todo lo que genera PEMEX se va a mantener un aparato burocrático indecente, a un sindicato ladrón e ineficiente y a las arcas de contratistas corruptos, pues simplemente PEMEX no tiene recursos para re invertir en si mismo y generar más dinero, que le urge a la burocracia para poder seguir viviendo a toda madre.

El régimen fiscal al que está sometido PEMEX asegura la riqueza del aparato estatal y la quiebra financiera de la empresa, nuestra empresa. Ahora quieren que inviertan extranjeros a los que ni en drogas se les sometería al mismo régimen, ya que evidentemente no sería negocio. Pero no sólo eso, en ese decidir quienes le van a entrar a invertirle a PEMEX tendremos de nuevo toda sarta de compadrazgos, amiguismos, nepotismo y corrupción sin límite. Seguramente los involucrados y círculos cercanos a ésta administración están frotándose las manos pensando en los millones y millones de dólares que se meterán en los bolsillos además de garantizar la subsistencia de esta pléyade de imbéciles que nos gobiernan y legislan.

En primer lugar PEMEX no debería estar en quiebra. El primer paso sería llamar a cuenta a los responsables, ex presidentes, ex directores y sindicato. Auditarlos, averiguar por qué una empresa de todos nosotros esta en banca rota. En el menor caso será negligencia, en muchos, descarado desfalco, fraude y robo. Habrá que enjuiciarlos embargarlos y encarcelarlos. Que ni ellos ni sus descendientes puedan disfrutar de los frutos del gran fraude nacional.

Ese sería un solo primer paso, para sanear PEMEX, sin privatizarlo. Desgraciadamente y he aquí el meollo del asunto. No se trata de meter a unos cuantos presidentes, políticos y líderes a la cárcel. Siendo PEMEX nuestra mayor fuente de ingresos es también el tronco financiero del país y de, como ya dije, su gobierno. Sanear PEMEX significaría sanear el aparato burocrático y su fisco. Significaría la auténtica y verdadera reforma del estado. Porque necesariamente sanear PEMEX requeriría de otro régimen fiscal y cortar ese flujo de dólares para la burocracia. ¿De dónde sacaría ahora dinero el gobierno? Pues de los impuestos. Pero a los ricos no se los van a cobrar, porque son ricos, y además son re chillones, y con su dinerito y poder otorgan numerosos favores a la clase política. No, a ellos ni tocarlos, a ellos no les van a cobrar impuestos. Tampoco a los pobres, porque no tienen, y luego se alborotan, y hacen mítines y marchas. O peor, dejan de ir a los mítines y marchas que arman los partidos a cambio de prebendas, como por ejemplo, no cobrarles impuestos, luz, agua, predial. Y sus líderes también les otorgan convenientes favores.

A la clase media, que ya esta jodida checando tarjeta en una oficina, pagando, IVA, ISR, IETU, predial, luz, etc. Pero ya no aguanta la clase media, además de que con lo que pueda dar con sus suelditos, pues no alcanaza.

El gobierno tendría que gastar menos, recortar gastos de oficina, servicios de lujo, cocineros, edecanes, guaruras, choferes, comidas y borracheras en restaurantes de cinco estrellas, viajes nacionales e internacionales, coches, camionetas blindadas, celulares, teléfono, servicio postal gratuito y todas esas cosas indispensables para que trabajen nuestros servidores públicos. Pero, pues no, no lo van a hacer. ¿Así qué chiste estar en la polaca?

O cortarle dinero a los partidos que cuentan con millones y millones, algunos como el PT, Verde y Convergencia, sin tener siquiera razón de ser. Pero no, los partidos no van a cortarse ellos mismos el negocio, incluyendo a los que dicen defender nuestra soberanía y a la patria. No, mejor se van a acabar ellos solos el petróleo y si en algún momento invitan a manos privadas, ya sean nacionales o extranjeros, a repartirse el botín, lo harán, con tal de poder seguir saqueándonos con el discurso de que el petróleo es nuestro. Pero no nos chupemos el dedo, es pura demagogia.



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El Gral. Cárdenas expropiando el petróleo.