Mis preocupaciones.
Por Joge E. González Ayala
Mis preocupaciones de los veintes podrían
ser mis soluciones de los cuarenta.
¿Quién no quisiera dejar la seguridad
acariciada en la juventud por la irresponsabilidad extrañada en la madurez?
La nostalgia, como las partículas sub
atómicas, gira en diferentes direcciones. Con lo que hoy he conseguido hubiera
sido muy feliz a los veinte, hoy sólo me causa incertidumbre para mis sesenta.
Más sin embargo el recorrido ahí esta,
contante y sonante y al que lo dude que busque en las banquetas en las que dejé
halitos de Godinez trabajador.
¿Y ahora qué?
¿Quién soy? ¿Dónde estoy? Y ¿qué me
dieron?
¿Cómo les explico a los #YoSoy132, que mi
me vieron primero la cara en las asambleas los mismos que se hicieron diputados
y senadores a los líderes estudiantiles de mi generación, luchando por lo mismo
que les plagiaron a ustedes.
¿Cómo les explico a los chavos que cantar
y hacer buenas letras en castellano fue una conquista, casi casi,
revolucionaria contra el idioma del imperialismo?
¿Cómo le explico a mi chava que igual hoy
cerramos y me voy al monte a escribir este texto para ustedes?
¿Cómo les explico que muchas de las cosas
por las que marché, milité, me rebelé, ahora ustedes las defienden por ser
“políticamente correctas”, pero en sentido contrario?
¿Hasta dónde la apuesta es correcta?
¿Hasta dónde le puedo decir al couppier que no me de más cartas?
¿Hasta dónde si pierdo la apuesta sólo me
incumbe a mi?
¿Estamos jugando poker o 21?
¿A ti ya te lo dijeron?
¿Porque la diferencia entre un poker de
ases y una tercia con par, es de vida o muerte?
O capaz que jugamos a la loteria.
El Borracho, la Catrina, el Nopal…. El
Diablo.
Y llenando frijolitos nos podemos ir
juntando para irnos a la chingada.
Bendita chingada, que sacralizó nuestro
querido y amado-odiado Octavio Paz.
Madre de todos, democratizadora de
algunos. Venimos, estamos y vamos, a casa de
ustedes, de ti y por su puesto, de mi.
Julio 2013