Wednesday, August 12, 2020


Octavio Paz en su siglo

Christopher Domínguez Michael

Pingüin Random House, de Bolsillo, 2019

Por Jorge E. González Ayala

 

Ser biógrafo de un personaje complejo de tan basta vida y obra como Octavio Paz no debe ser nada fácil. Ochocientas cincuenta y cinco páginas utiliza Christopher Domínguez Michael (Ciudad de México, 1962) para hacerlo, más bibliografía, cronografía e índice onomástico, novecientas sesenta y seis cuartillas.

Octavio Paz es mucho más que nuestro premio Nobel de literatura, el autor de Piedra de sol y El laberinto de la soledad. Es Aleph borgiano encarnado en donde habita la Revolución de 1910, la Colonia de Sor Juana, con la Guerra Civil Española  la reflexión profunda sobre el autoritarismo y sus consecuencias. Paz es el poeta que lo contiene todo.

Nuestro ensayista canónico, aquél que nos definió en Laberinto de la soledad, pero también es un hombre paradigma del Siglo XX. Solar se definía a si mismo. 

Mucho de lo que leemos en estás páginas es la epopeya de un siglo, de la Revolución mexicana, la primera de ese siglo, la Guerra civil española. La pugna de la ideologías, las vanguardias artísticas, la vida diplomática, el descubrimiento de oriente por la intelectualidad occidenta, la India, el sesenta y ocho, el erotismo.

Paz no es un cronista, es un observador, partícipe y profundo crítico de los acontecimientos de su época.

Domínguez Michael recorre su vida de manera minuciosa, un trabajo estructurado, documentado, bien escrito y entretenido. Teje con fluidez la vida personal, intelectual, política e interior del poeta. Tal vez se le va la mano en la última parte que continuamente nos repite su visión de Paz como un guía espiritual, supongo que algo así era de su círculo cercano, vagamente de la corte intelectual de la época, pero es una visión corta en la medida en que fue lo que nos dejó escrito y dicho en el ámbito de la razón, incluyendo la poesía, que efectivamente trastocaba el espíritu, pero que siempre tuvo como puerta de entrada el raciocinio, su legado. La conciencia de un siglo y de la humanidad en su tiempo, define mejor a Octavio Paz. Más en este momento del Siglo XXI de  becerros de oro que prometen paraísos de discursos, demagogia y engaño, las letras del Nobel, hacen obligada su relectura, así como la de la biografía de Christopher Domínguez Michael.

Dense.